Es difícil acordarse de cuando es la última vez que vimos un coche patrulla en el distrito, y pese a la propaganda del delitos 0 contra la propiedad, no estamos tranquilos.
Por supuesto aquella promesa, de nuestro primer teniente de alcalde, de asignar policía al distrito, y que veía realizable en verano, ha quedado en el vacío, como otras muchas. Tampoco con la construcción de la oficina municipal se cumplió el proyecto, que preveía un espacio o local para la policía municipal. Los 14,89 metros de la siguiente imagen.
No es que sea un barrio especialmente conflictivo, pero estamos viendo con preocupación el incremento del gamberrismo, pintadas por todas partes, botellón en algún parquecillo, mobiliario urbano destrozado y quema de contenedores.
Junto a esto, los rumores de trapicheo y el peligro que esto supone, nos inquieta a todos los que somos padres. Y es que el 50% de la población del distrito son niños que ven, y toman ejemplo de los chavales mayores.
No preocupa menos, el hecho que el distrito, ante su falta de seguridad, se pueda convertir en un enclave de distribución de estas sustancias a pueblos cercanos, donde si cuentan con presencia policial.
Y como el abandono trae de todo y nada bueno, y no se sabe que fue primero, si la gallina o el huevo, también mencionar el temor al asentamiento de la prostitución cerca, con lo que conlleva. Ahora se puede ver en la parada del autobús, enfrente de Decathlon, o en la gasolinera de San Sebastián dirección Burgos, o en polígono industrial del Mcdonals.
En fin, toda una serie de miedos a los que aportar seguridad…
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